Por alguna extraña razón Buró de Crédito es visto o percibido como “el malo del cuento” al momento de pedir un préstamo. Se tiene la falsa idea de que es culpa de esta herramienta cuando no autorizan créditos o las tarjetas de crédito deseadas. No es así.
En realidad es un instrumento que se ha perfeccionado en beneficio no sólo de bancos o prestatarios, sino del propio interesado en hacer uso del crédito.
Modificar el historial crediticio implicaría encarecer el crédito y darle oportunidad a los banqueros y otorgantes de préstamos a incurrir en prácticas de usura.
Ellos difícilmente pierden. Tienen los medios y los recursos para orientar cualquier cambio en su favor. También beneficiaría a las personas que se han aprovechado de las fallas del sistema para no pagar créditos, y que han encontrado en éstos una forma de vida, en detrimento de los que sí cumplen con sus compromisos.
Pero veamos por qué: Años atrás, durante una de las peores crisis económicas ocurridas en México, denominada “el error de diciembre” (en 1994), el manejo de la cartera crediticia se hizo imposible y hubo que tomar medidas de urgencia hasta la creación de un Fondo Bancario de Protección al Ahorro, que derivó en el IPAB.
En 1996 no existía una figura que regulara el comportamiento de los deudores, lo que dificultaba conocer si eran puntuales o incurrían en morosidad.
Dar un crédito era una tarea complicada y tardada porque no se contaba con referencias sólidas, objetivas e imparciales.
Con base en dicha problemática hoy se justifica la existencia de Buró de Crédito, ya que facilita a los otorgantes información confiable y oportuna. Al mismo tiempo, permite a los solicitantes certeza de que la respuesta se da de manera objetiva y rápida.
Contar con Sociedades de Información Crediticia alternas como Círculo de Crédito ayuda al solicitante a acceder a más créditos,
Buró de Crédito es la carta de presentación ante el mundo crediticio.
Es importante señalar que modificar los artículos 20 y 23 de la Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia, como lo propone una iniciativa de Movimiento Ciudadano, con el fin de que las entidades financieras conserven los historiales de personas físicas por un periodo no mayor a 12 meses, y 24 meses en caso de personas morales (en lugar de los 72 meses) es una medida que parecería buena; en nuestra opinión, no lo es.
Javier Ruiz Galindo, CEO Cura Deuda considera que la medida sería negativa para bancos, instituciones financieras y totaleros.
Sostiene Ruiz Galindo que los bancos, para cubrirse de posibles pérdidas aumentan su tasa de interés.
Por su parte, el vocero de Buró de Crédito, Wolfgang Erhardt advierte que la propuesta no es conveniente ni para los Otorgantes de crédito, ni para el solicitante.

Erhardt enfatizó, los meses que actualmente permanecen los datos permiten hacer un análisis sólido del desempeño de un solicitante y de sus probabilidades de pago, así lo evalúa el Banco Mundial y la industria. “Mientras menos información tengan disponible los otorgantes de crédito mayor riesgo habrá al prestar, así que, habrá créditos de menor monto y mayor precio”, comentó a través de su red social.
Tal vez no prospere la iniciativa. La discusión, sin embargo, ha valido la pena. Es interesante resaltar la reacción de la población mexicana: Algunos ven con buenos ojos la propuesta, mientras otros, y no son pocos; ven la iniciativa como peligrosa, porque consideran que elevaría las tasas de interés para todos los créditos. ¿Pagarían justos por pecadores? ¿Qué opinas?
[…] dependen principalmente de que el consumidor tenga ingresos estables y consecutivos, además de un buen historial crediticio. En ocasiones el Banco aprueba el crédito de nómina, sin que el cliente tenga un historial […]