Terminar con el endeudamiento no es sencillo. Debe hacerse un gran esfuerzo energético y económico, pasar por el trajín emocional y no sucumbir ante el asalto de flaqueza. ¡Así se vive una historia de éxito para salir de deudas!
¿Tienes metas financieras pero pocas veces logras tu cometido? ¿Piensas que tu situación financiera difícilmente va a cambiar? Esta historia de éxito te enseñará a no sucumbir ante la adversidad. Serás testigo de cómo un problema económico serio como el sobreendeudamiento, se convierte en una oportunidad inmejorable para cambiar hábitos de consumo y mejorar nuestras finanzas personales.
Todos admiramos y conocemos personas que nos han inspirado a seguir adelante en la vida. Sus historias nos demuestran que con esfuerzo y dedicación, las metas se pueden lograr y los sueños se pueden cumplir.
La vida antes del endeudamiento
Miguel estudiaba odontología y trabajaba al mismo tiempo. Con sus ingresos cubría sin problemas los gastos personales del mes y la colegiatura de la universidad.

Este es el caso de Miguel Soria, una persona que vivió en carne propia el sobreendeudamiento, mismo que arrastró sin saberlo durante años. Desafortunadamente cuando quiso reaccionar, ya era muy tarde.
Sabemos muy bien que costear una carrera universitaria, cualquiera que ésta sea, no es tarea sencilla. Sobre todo si los recursos que tenemos a disposición no son suficiente o son limitados, tal era el caso de Miguel, un estudiante que trabaja y se prepara al mismo tiempo.
No tenía inconvenientes de ningún tipo, ni siquiera económicos. Construía y labraba su futuro como miles de jóvenes en el mundo lo hacen mientras disfrutan una de las etapas más bonitas de la vida, ser estudiante.
Dadas las nuevas circunstancias, los últimos semestres de la carrera se tornaron inquietantes. El esfuerzo económico comenzó a ser mayor debido al material instrumental y equipo odontológico necesario para cursar la especialización.
A pesar de no contar con los recursos, Miguel se consideró con la madurez suficiente para enfrentar el problema por su cuenta, tomó cartas en el asunto y para contrarrestar la situación firmó un préstamo con el banco a pesar de no tener educación financiera ni saber nada sobre los productos y servicios del mercado.
Así comenzó a escribir su historia crediticia. Sin contar con cultura financiera y los conocimientos necesarios para sobrellevar lo que le esperaba.
¿Haz contratado un préstamo o firmado una tarjeta sin saber cómo funcionan concretamente? ¡Sigue leyendo, seguro te identificaras!
Endeudamiento a la vista
Sin elaborar un presupuesto mensual para tener mayor control sobre sus gastos e ingresos, al poco tiempo de adquirir el préstamo y después de solventar los gastos que tenía pendientes, Miguel añadió otros productos a su historia crediticia. Firmó una tarjeta de crédito y casi inmediatamente adquirió otra.
En un inicio pagar las tarjetas de crédito fue tarea sencilla. Las utilizaba principalmente para hacer las compras en el supermercado y el pago de servicios como televisión satelital, streaming, internet, telefonía celular, etcétera.
Aunque no registraba sus gastos formalmente, Miguel fue cuidadoso de siempre guardar la cantidad exacta para pagar lo que había gastado con las tcd. Había escuchado que de no hacerlo, acabaría en la lista negra de buró de crédito.
Al principio las tarjetas me resultaron de lo más cómodo. Las utilizaba y para la fecha de pago regresaba sin problema lo que había gastado.
Los problemas, sin saberlo ni esperarlos, vinieron meses después cuando el banco le ofreció aumentar sus créditos y sin un presupuesto en mano, comenzó a gastar por encima de su capacidad de pago sin pensar en las consecuencias.
Surge el endeudamiento
Al graduarse y aprovechando su cumpleaños, Miguel decidió regalarse un automóvil. Por supuesto al contado le era imposible pagarlo. Sin embargo, con los beneficios y oportunidades del Buen Fin, le autorizaron un crédito automotriz con el que adquirió su primer vehículo.
Miguel estaba fascinado con su vida y todo lo que había logrado hasta ese momento. Era un recién graduado con trabajo, carro propio y hambre de triunfo, pero comenzó a darse una vida que no podía pagar. Por lo menos no inmediatamente. Se daba lujos innecesarios, salía constantemente, visitaba bares, cines, restaurantes y no lo pensaba dos veces al pasar la tarjeta.
Las deudas no le preocupaban. Al no tener educación financiera no sabía que el banco le estaba cobrando intereses moratorios por no pagar a tiempo. La deuda crecía rápidamente y no lo sabía.
Sin conocimiento de causa, las deudas empezaron a despegarse mientras él prefería invertir su dinero en otras cosas, unas imprescindibles y otras no tanto.
¿Se acuerdan del préstamo personal para cubrir sus gastos de la universidad? – No lo pagó.
Ese definitivamente nunca lo pagué. Tube para hacerlo pero por decidia no lo hice. Lo dejé para luego. Gastaba en fiestas, salidas, viajes, ropa, muchas otras cosas y pagar el préstamo la verdad no me importó.
Como muchos de los malos hábitos financieros que tenemos los mexicanos, Miguel comenzó a dar el mínimo en las tarjetas. Le parecía un sistema inteligente pues de a poco iría librándose de las deudas.
Más adelante y con la mentalidad de un joven inexperto es entendible que tomara la decisión de no pagar más sus deudas y utilizar ese dinero en otras cosas, en su mayoría banalidades.
En la tarjeta por lo regular daba el mínimo, si acaso un poco más, hasta que en definitiva también preferí invertir ese dinero en otras cosas. Con el carro me mantenía bien. Sin atrasos.
Como las enfermedades, las malas noticias llegan cuando menos las esperamos. Los primeros síntomas del endeudamiento comenzaron a presentarse y tocaron a la puerta de Miguel cuando mejor se sentía emocionalmente.
Como un cáncer las deudas comenzaron a afectar la vida diaria, Asimismo, la de su familia.
Pasaron casi dos años y las llamadas de cobranza empezaron llegar. Después comenzaron a ser cada vez más constantes. Al principio una o dos veces al día. Luego se volvieron más insistentes. Llamaban a todas horas y por correo electrónico me decían que liquidara con cierta cantidad que por supuesto no tenía.
Empezó a sentirse intranquilo. Miles de pensamientos invadieron su cabeza: “Me van a meter a la cárcel”, “me van a embargar”, “van a venir a cobrarme”, “no tengo dinero para pagar”, “qué va a decir mi familia” “¿y si se entera mi novia?”, etcétera.
En poco tiempo pasó de la felicidad a la intranquilidad, dormir era algo imposible. Las llamadas de cobranza incrementaron al igual que el estrés. En casa la familia comenzaba a hacerse preguntas. Miguel no decía nada ni pedía ayuda por pena y temor a represalias.

Nunca en la vida se había sentido tan débil, impotente. Se creía incapaz. Pensaba que todo lo que había logrado había sido en vano pues por más que lo pensaba no sabía cómo salir de ésta.
Sé que puede haber cosas peores pero el estrés que me generaron las deudas no se lo deseo a nadie. En realidad estaba preocupado porque por lo que me decían sí debía mucho y no lo esperaba. Más que nada sentía presión por las llamadas de cobranza. Me apenaba que llamaran a mi casa, a mi celular. Me sentía un delincuente.
Cada vez más estresado y con las amenazantes llamadas de cobranza, Miguel decidió buscar ayuda. Al principio fue difícil porque no encontraba soluciones por ningún lado. ¿Qué es lo primero en lo que piensas para salir de deudas? Claro, lo más fácil es pedir prestado.
Al no saber con quién acudir comenzó una búsqueda en internet para conseguir un préstamo fácilmente. Miguel sabía que no podía equivocarse en esta ocasión ya que la gravedad de su problema era serio pero él quería escribir su historia de éxito.
Tomó “al toro por los cuernos” y decidió documentarse perfectamente antes de tomar una decisión. Fue en su labor de investigación donde finalmente conoció la función de las reparadoras de crédito.
Quería pedir ayuda pero no sabía cómo ni con quién. En redes encontré una publicación sobre Cura Deuda, entonces ingresé, me registré, me llamaron y un asesor me ayudó en todo. Él me mandó mi buró y fue cuando me enteré de todo lo que se había acumulado
Miguel llevaba años de atraso y apenas se enteraba. Deudas que no eran precisamente grandes crecieron como la nieve. El terror y la preocupación se apoderaron de él nuevamente.
Al conocer el monto real de sus deudas, el mundo se le vino abajo. Jamás pensó que pudieran crecer tanto. En total sus deudas sumaron más de 225 mil pesos más lo que iba generando.
Se me erizó la piel y quedé muy sorprendido. Nunca pensé que sería tanto dinero. Sobre todo porque justo tenía tres meses sin pagar el crédito del carro. <<¡Dije, me lo van a quitar!>> Yo pensaba que debía poco, nada más lo que había utilizado. Pero no, crecieron las deudas muchísimo
Comienza la historia de éxito
Los momentos de crisis pueden convertirse en oportunidades inmejorables para pagar nuestra deudas, cambiar la forma en cómo administramos el dinero y transformar nuestras vidas. Así comenzó Miguel a escribir su historia de éxito, libre de deudas.
Cura Deuda, la reparadora de crédito que encontró en Internet, lo ayudó en todo momento desde un principio. Le explicaron que su problema, aunque era grave, tenía solución.
Luego de asesorarme sobre todo lo que debía, me explicaron el método para liquidar las deudas con descuento y me resultó increíble. Era lo que necesitaba.
En los peores momentos es cuando menos se debe bajar la cabeza. La inteligencia es nuestra mejor arma y pedir ayuda cuando no sabemos las respuestas es hacer lo correcto.
La reparación de crédito, un servicio financiero joven en México, con poco más de 10 años en el mercado, ofrece una solución para terminar las deudas sin agravar ni perjudicar su situación financiera. Lo que le permitió liquidar sus deudas con descuento y bajo un plan de ahorro 100% personalizado.
Me resultó muy bien, un tanto iba al ahorro para la deuda y otro para los gastos del mes. A veces ahorraba un poco más y lo abonaba al programa. Ahora procuro no malgastar y pago la deuda que aún me falta ¡La de mi carro! También estoy ahorrando para abrir mi consultorio.
La reparación de crédito no es un servicio para cualquier persona, está diseñado solo para todos aquellos en situaciones graves de endeudamiento o sobreendeudamiento. Si tienes recursos para sobrellevar tus deudas, lo más seguro es que no te brinden ayuda.
Con la historia de Miguel demostramos que no existe una definición única de éxito y que muchas de ellas comienzan con rotundos fracasos, sobretodo económicos, como las deudas.
Cada persona que logra terminar con el sobreendeudamiento vive una aventura llena de tropiezos y sinsabores. Pero el esfuerzo y dedicación para salir de deudas trae consigo muchos triunfos y experiencias.
Al final de todo la recompensa más grande es la reconciliación de las personas con su dinero y la transformación consciente de su vida financiera, sin deudas.
Tipo de Deuda | Deuda inicial | Liquidó con |
Préstamo Universitario | $5,295 | $2,017 |
Tarjeta de Crédito | $71,133 | $7,114 |
Tarjeta de Crédito | $30, 345 | $3,106 |
Crédito Automotríz | $118,913 | En proceso |
Si conoces a alguien o estás en una situación grave de endeudamiento, da click aquí y recibe asesoría gratuita por parte de un especialista. Nunca es tarde para retomar el control sobre nuestro dinero, pagar las deudas pendientes y escribir nuestra historia de éxito. ¿Qué esperas para escribir tu historia de éxito?